Wuhan recibió las miradas del mundo al ser el inicio de la pandemia. Pero las ciudades son más que COVID-19. Sigue las medidas de seguridad para que la normalidad vuelva a las ciudades.
Zhōngguó queda al centro del mundo… al igual que podríamos decir de muchos otros países para cuyos pobladores todo lo demás está alrededor. Sin embargo, si hiciéramos una votación mundial para determinar el mero centro de todo, Zhōngguó ganaría. No sólo porque su significado, justamente, es «país central», sino porque, lo que sus habitantes llaman Zhōngguó, fuera lo conocemos como China. Y al centro de China se encuentra uno de los más importantes nodos de transporte del mundo: Wuhan.
Situada sobre la rivera del Yangtsé, el río más largo de Asia, la zona de Wuhan se pobló hace 3,500 años. El primer asentamiento fue Panlongcheng. Hacia el siglo III, cuando Panlongcheng fue sustituido por tres nuevas ciudades, la región fue escenario de enfrentamientos militares que definieron la historia china. El líder del norte, Cao Cao, se enfrentó al del sur, Sun Quan. Como los del norte no eran marinos, decidieron unir sus barcos con cadenas para estabilizarlos y que nadie se mareara navegando el Yangtsé. Aprovechando que los navíos iban amontonados, los del sur les echaron barcos en llamas que incendiaron la armada rival. Sun Quan triunfó y se coronó emperador en Wuchang (una de las tres ciudades que dio origen a Wuhan). Del esplendor de aquella época existe hoy la Torre de la Grulla Amarilla. Se dice que un sacerdote taoísta le dibujó una grulla a un joven que le regalaba vino… cuando él aplaudía, la grulla bailaba, la gente pagaba por verla bailar y el joven construyó una torre. Si su origen suena inverosímil, su trascurrir por la historia lo parece más. La torre ha sido destruida 12 ocasiones y erigida nuevamente, lo que habla del temple de la ciudad.
Lo que esa torre ha sido a Wuhan, Wuhan lo ha sido para China: un elemento central, un rasgo de carácter. Wuhan (específicamente su distrito de Hankou) se convirtió en la cuarta ciudad más comercial de China a principios del segundo mileno y tuvo su resurgimiento en el siglo XIX gracias al río Yangtsé. En otros episodios, la Revolución China (que acabó con el imperio) inició en Wuhan. Incluso fue capital del país para resistir la invasión japonesa. Aun cuando los años redujeron el comercio fluvial y mandaron el poder a Beijing, Wuhan siguió siendo central, lejos de la costa, pero en medio de ciudades principales. Actualmente, cruzan ahí el ferrocarril que atraviesa China de norte a sur (Beijing a Hongkong) y de oeste a este (Chengdu a Shangai). Es la segunda urbe del país en conexiones con otras ciudades por tren rápido sin cambiar de línea. Además, recientemente se ha anunciado el desarrollo de ferris eléctricos para revivir el transporte en el río Yangtsé, lo que posicionaría aún más a la ciudad como un nodo multimodal de transporte regional.
En un país donde engorda el parque automotriz, y donde (se dice) el único barco eléctrico importante sirve paradójicamente para surtir de carbón una termoeléctrica, Wuhan está al centro como nodo de transporte integrado, eficiente y sustentable.
Lo mejor de todo -> En Wuhan ha habido protestas para prevenir contaminación a futuro, algo sorprendente en un país autoritario como China, y quizá en muchos más del mundo.
Lo más interesante -> Wuhan no sólo busca sustentabilidad mediante trenes y ferris eléctricos. Incluso cuida la integración de sus estaciones al paisaje natural y cultural.
Incrementa tus probabilidades -> ayuda a que Wuhan y otras ciudades del mundo vuelvan a la normalidad. Si tú te cuidas hoy del covid-19, estás cuidando al resto del mundo.
Datos muy reveladores e interesantes. Gracias por compartirlo
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