Guayaquil fue de los grandes colapsos de un sistema de salud y disposición de cuerpos ante la pandemia. Pero las ciudades son más que COVID-19. Sigue las medidas de seguridad para que la normalidad vuelva a las ciudades.
Pocos productos alimenticios existen en el mundo que configuren de forma tan importante, al mismo tiempo, los paisajes agrícolas y los urbanos. Junto con productos y establecimientos como el trigo y la panadería, o el café y la cafetería, el chocolate ha dado sabor a los paisajes urbanos de varias ciudades chocolateras del mundo, colándose incluso a los escaparates del café y el pan.
Contrario a lo que se piensa, el cacao, cuyo fruto da lugar al chocolate, no proviene de Centroamérica, sino más al sur, probablemente de la región del Orinoco (hacia Venezuela) o del Amazonas (cerca de Ecuador). Si bien el chocolate es mesoamericano, sus primeras referencias llegaron a Europa desde Nueva España y el cacao llegó a Manila desde puertos novohispanos; desde tiempos coloniales llenaron el mercado mundial de cacao Caracas y Maracaibo, hoy Venezuela, y Guayaquil, hoy Ecuador. El venezolano era más dulce, pero la acidez del ecuatoriano hacía que lo mezclaran con mayor cantidad de azúcar (más barata que el cacao), lo que acabó poniéndolo en el gusto y el bolsillo de más gente. A finales del siglo XVIII desplazó a los cacaos de Tabasco, Soconusco y Guatemala en la Ciudad de México (que contaba con 221 pulperías de cacao y 44 chocolaterías). Para Ecuador, el cacao representaba el 50% de sus exportaciones a mediados del siglo XIX y 75% al finalizarlo. Entre Guayas y Los Ríos, provincias cuya salida al mar era Guayaquil, generaban el 60% del producto.
Con el tiempo, el cacao perdió valor, su producción se trasladó a África y otros países emplearon el chocolate como motivo turístico. Wikipedia ha listado 60 de museos de chocolate alrededor del mundo (aunque faltan el Nestlé en Toluca, el de Ciudad Mitad del Mundo en Ecuador, quizá otros). Sitios tan atípicos para el chocolate como Letonia o Corea del Sur tienen su museo. Pero Guayaquil se ha integrado a un turismo del chocolate que, a diferencia del resto, no se queda en un edificio: penetra el paisaje regional. A 15 minutos del centro de Guayaquil se encuentra la estación de Durán, donde parte el Tren de la Dulzura, llamado así por recorrer paisajes de cañaverales y cacaotales por todo Guayas. Hace paradas enfocadas a la gastronomía, turismo de aventura, artesanías y artes escénicas. El proyecto Tren Ecuador, que incluye el Tren de la Dulzura y otras rutas, genera 5,000 empleos repartidos en ciudades y comunidades, con 23 establecimientos a bordo de tren, 14 plazas artesanales, 13 museos locales, 2 refugios de montaña y 9 grupos de recreación cultural, muy por encima de cualquier museo o red de museos. Aunque pudiera considerarse un tour folklorista, brinda oportunidades laborales creativas y estimula el reforzamiento de identidades locales. Entre la oferta turística mundial alrededor del chocolate, Guayaquil y Tren Ecuador se proyectan como una opción única para saborear paisajes, sensaciones, aventuras y prácticas culturales mejor que cualquier museo del chocolate. Guayaquil y Ecuador endulzan la visión turística del mundo.
Lo mejor de todo -> la DW filmó un documental de viaje en tren por Ecuador que inicia en Guayaquil y muestra la nueva propuesta turística ferroviaria. Puedes hacer el viaje por YouTube cualquier día.
Lo más interesante -> el premiado proyecto Tren Ecuador prioriza la rentabilidad social sobre la económica. El modelo merece estudiarse desde distintos horizontes de tiempo, enfoques y escalas.
Incrementa tus probabilidades -> ayuda a que Guayaquil y otras ciudades del mundo vuelvan a la normalidad. Si tú te cuidas hoy del COVID-19, estás cuidando al resto del mundo.